Quien cuente con un dinero que no necesita puede manejar una mezcla de inversiones para evitar riesgos y ha de tener muy cuenta la fiscalidad final
MIGUEL ALLENDE | GRANADA
Quienes han resultado agraciados con algunos de los premios más destacados del pasado Sorteo Extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional –que en Granada ha pasado de refilón dejando tan sólo una serie del tercero y algunas más de los quintos– o lo puedan ser en el próximo de El Niño e incluso en la Bonoloto o con los cupones de la ONCE, no sólo pueden amortizar la hipoteca de su vivienda, pagar deudas pendientes o comprarse un coche. Si después de todo ello les ha sobrado dinero, pueden plantearse la mejor manera de ponerlo a trabajar para que los réditos obtenidos se prolonguen en el tiempo. Se trata de no tener esos miles de euros ociosos, sino empleados en cuantos recursos ofrece hoy el mercado.
Las posibilidades son muchas, aunque se reducen a unas pocas si no se quieren correr riesgos innecesarios y siempre ajenos a las tentaciones de terceros que con jugosas comisiones pretenden a su vez ‘blanquear’ dinero de actividades ilícitas.
Un estudio hecho público días atrás por el comparador de productos bancarios iAhorro.com, desvela que la compra de oro, la adquisición de títulos en Bolsa –con un especial cuidado sobre los valores en qué invertir–, los depósitos a plazo fijo y la Deuda del Estado, son las mejores opciones a tener en cuenta para quienes les ha caído del cielo un buen montón de euros.
La primera recomendación que hacen los expertos de este portal especializado en comparar los productos que ofertan las distintas entidades financieras, pasa por no apostar todo el capital con que se cuente a un único producto sino manejar una mezcla de inversiones, tanto en tipo como en plazo. También tener en cuenta la fiscalidad, porque el premio de las loterías no tributa pero sí sus rendimientos y ello es importante a la hora de que no afecte en exceso en el Impuesto de la Renta.
Refugio al alza
De todos es conocido el vertiginoso camino al alza que lleva el precio del oro. Este metal precioso es el producto estrella en cuanto a rentabilidad, según el citado portal, porque incluso con las últimas correcciones que ha tenido en meses pasados, su coste se ha incrementado en los últimos años nada menos que un 490%. Bien es verdad que las ganancias se hacen efectivas tan sólo cuando se vende el metal si se ha adquirido éste de manera tangible: el lingotes o joyas.
Si tomáramos en consideración el premio ‘Gordo’ del pasado Sorteo de Navidad, en el que el poseedor de un décimo agraciado con el mismo ha obtenido la jugosa cantidad de 400.000 euros, y si su decisión fuera invertir todo este dinero en oro, cada año le generaría una revalorización de 196.000 euros si la situación continúa como hasta ahora. Nada parece desmentir lo anterior.
Para invertir en oro hay varios caminos a tomar: comprar todo tipo de productos cuya base es este metal precioso, con la desventaja de su custodia; adquirir certificados de depósito;invertir en empresas mineras especializadas en el mismo, mediante fondos de inversión; e incluso, para los más osados, comprar futuros sobre el precio de este metal que cotiza en mercados organizados. Aquí el riesgo es mayor puesto que en un momento determinado, el camino ascendente se puede tornar en sentido contrario. El inversor asumiría así las posibles pérdidas.
Por lo que a la Bolsa respecta, las mayores rentabilidades se pueden encontrar en determinados valores de los parqués que funcionan en España. El mencionado portal ha tomado como referencia la evolución de los últimos 15 años en el Ibex-35. Pues bien, con los citados 400.000 euros el inversor podría obtener una renta anual de algo más de 29.000. Pero en realidad, la cifra sería algo menor si tomáramos como referencia los dos últimos años, en los que la crisis económica ha castigado especialmente los títulos de algunas de estas empresas.
Si tomamos en consideración los fondos de inversión en renta variable global, conseguiríamos con el mismo dinero unos 22.00 euros de revalorización anual, con la ventaja añadida de que no tributan hasta que se realiza la venta.
Hay otras categorías de fondos, como los emergentes, que se han comportado mejor. Pero los anteriores se han mostrado más interesantes si se toma en cuenta que mueven la inversión según evolucione el mercado y permite, por tanto, un horizonte mucho más amplio.
Deuda del Estado
Para aquellos que no quieren sobresaltos, como los que provoca tener el dinero en Bolsa, y tampoco desean especular con el oro, la mejor opción sin duda es la Deuda del Estado. A pesar de los vaivenes que padece –y que están siendo portada de medios de comunicación– se mantiene como una inversión segura y de alta rentabilidad. A tenor de las últimas subastas realizadas, para la citada inversión de 400.000 euros produciría al año una rentabilidad de 16.352 con Letras a 12 meses, y 16.904 euros si el plazo es de 18 meses. Si la opción pasa por invertir en Bonos a tres años, la cantidad a percibir se eleva a 21.120 euros al año, mientras que si prefiere un plazo superior, como es el de las Obligaciones a 10 años, las ganancias alcanzarían los 22.256.
Hay que tomar en consideración que las Letras, pese a no tener retención al cobrarlas, tributan como rendimientos del capital mobiliario en el IRPF al igual que el resto de la Deuda Pública: 19% para los primeros 6.000 euros de rendimiento y 21% si superan esa cantidad.
Si lo comparamos con los depósitos que ofrecen actualmente las entidades financieras y siempre a plazos superiores al año, podemos obtener algún producto por encima del 4%, lo que supone unos beneficios de entre 16.000 y 17.000 euros al año.
Fuente: ideal.es
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