Fiona Woods
Generalmente las estadísticas sugieren que más hombre son
infieles a sus parejas que mujeres. Pero ¿qué tan confiables son las cifras y
-si se necesitan dos para bailar el tango- es acaso matemáticamente posible?
La evidencia no pinta bien para los hombres.
La Encuesta Social General Americana en 2006 encontró que casi el doble de
hombres casados que de mujeres casadas había admitido haber mantenido relaciones
sexuales con alguien que no era su cónyuge.
Un estudio importante en Reino Unido de la conducta sexual -la Encuesta
Nacional de las actitudes sexuales y estilos de vida del 2000- encontró que 15%
de los hombres que había tenido dos relaciones al mismo tiempo en el año
anterior, pero sólo 9% de las mujeres.
Catherine Mercer, directora de análisis del estudio, dice que esta brecha de
género puede ser en parte porque las mujeres son menos propensas a admitir el
engaño que los hombres.
"Nosotros no podemos observar directamente la infidelidad así que tenemos que
confiar en lo que la gente nos dice y sabemos que hay diferencias de género en
la forma de reportar los comportamientos sexuales", dice ella.
Pero eso no es toda la historia.
Explicaciones
Una explicación podría venirnos a la cabeza para esta diferencia en las
estadísticas entre hombres y mujeres es que menos mujeres son infieles, pero lo
hacen con más frecuencia. Pero toda la evidencia de la investigación sugiere que
las mujeres generalmente tienen menos parejas sexuales que los hombres, no más.
Otra razón para la diferencia podría estar en la edad.
"Sabemos que en el hombre promedio tienden a ser mayores que sus parejas
mujeres", dice Mercer.
"Si usted se imagina un escenario en donde un hombre casado tiene un
affaire con una mujer más joven -que probablemente sea soltera por ser
más joven- él habría cometido una infidelidad pero ella no".
Que se crea o no que una mujer soltera que tiene sexo con un hombre casado es
cómplice de un adulterio dependerá de su propio código moral.
También vale la pena señalar que algunas relaciones son abiertas y en este
tipo de relaciones el sexo con otras personas no sería considerado como un
engaño. Sin embargo, no hay espacio para estos juicios de valor en los
datos.
De hecho, Mercer ni siquiera utiliza la palabra "infidelidad" en su
investigación y prefirió utilizar los términos más neutrales como relaciones
"superpuestas" o relaciones "concurrentes".
"La infidelidad es una palabra bastante pesada, así que hablar de de
relaciones que se superponen es más apropiado cuando estas pensando en el
contexto epidemiológico de estos datos".
"Pensamos, por ejemplo, en las enfermedades de transmisión sexual y el
VIH".
Relaciones "superpuestas"
Problemas de medición de la infidelidad
Petra Boynton, psicóloga de relaciones y sexo
El primer problema es cómo plantear la cuestión. Algunas encuestas lo hacen
de una manera muy crítica.
La segunda es que cuando usted está hablando de engañar, en realidad ¿qué se
quiere decir? ¿La línea a traspasar es un beso? Algunas personas dicen que ver
pornografía o chatear en Facebook es infidelidad.
Siempre que hablamos de relaciones y sexo, parece haber una obsesión por el
género. Hemos creado estas medidas de forma anticuada. Miramos la edad, miramos
el estado de la relación, podríamos mirar el color del cabello.
¿Por qué estamos tan interesados en sugerir que los hombres engañan más que
las mujeres y por qué tiene que ser uno u otro? Esto nutre ese estereotipo
negativo que los hombres son más sexuales, más promiscuos y menos fiables, y las
mujeres son más virtuosas.
Pero los hombres podrían exagerar y las mujeres podrían minimizar.
Históricamente en ocasiones ha sido peligroso para las mujeres admitir una
infidelidad y actualmente, en algunas partes del mundo, todavía ese es el
caso.
Los hombres que pagan por sexo también podrían explicar estos índices más
altos de "relaciones superpuestas". El último estudio Natsal encontró que cerca
del 4% de los hombre pagaron por tener sexo en los últimos cinco años. Si
asumimos que hay menos mujeres vendiendo sexo que hombres pagando por él,
entonces la prostitución también podría explicar algunas de las
discrepancias.
Esto supone, desde luego, que muchas menos mujeres pagan por sexo. Estudios
anteriores no le han preguntado esto a las mujeres, así que no hay datos
concretos, pero se hará en el siguiente estudio.
Hay otra debilidad en la metodología. Los estudios anteriores no preguntaron
explícitamente si los encuestados habían "superpuesto" relaciones. En lugar de
esto se les preguntó las fechas de su primera y última relación sexual con sus
parejas más recientes.
A continuación, los expertos estudiaron las fechas para buscar coincidencias.
Mercer señala, sin embargo, que este método puede dar la impresión de
infidelidad donde no la hay.
"Imaginemos el escenario en el que la pareja inicia una relación en la
escuela y luego se separan y años después vuelven a reunirse".
"Cada uno de ellos han tenido otras parejas en el ínterin. Así que su primera
fecha bien podría ser cuando se encontraban en la escuela y su fecha más
reciente bien podría haber sido la semana pasada. Pero las fechas de sus otras
parejas sexuales podrían hacer parecer que fueron infieles cuando de hecho no lo
fueron".
Entonces ¿pueden estos estudios decirnos algo acerca de qué tipos de hombres
son los más propensos a la infidelidad?
El director de la Encuesta Social General Americana identifica varios
factores. "Entre los grupos más susceptibles a ser infieles están aquellos que
son menos religiosos y las personas que están separadas de sus cónyuges por
períodos prolongados. Como viajar o trabajar fuera de casa".
Además, Mercer dice que las personas más jóvenes reportan más relaciones
superpuestas que grupos de otras edades.
Así que si usted es la pareja de un hombre joven no religioso que pasa mucho
tiempo fuera de casa - ya está advertida.
Fuente: bbc.co.uk
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