sábado, 26 de noviembre de 2011

La calidad del aire: El derecho ciudadano a saber qué respiramos


F. L. JIMÉNEZ El interés de las autoridades locales y autonómicas por tener informados a los avilesinos de la calidad del aire que respiramos es directamente proporcional al aumento de las sustancias contaminantes que intoxican la atmósfera. Ni en el pasado mandato, ni en los anteriores y parece que tampoco en este; nunca hubo una política de transparencia al respecto. Verborrea y disculpas de lo más peregrino sí, de eso a mansalva; pero en cuanto a lo que se refiere a datos concluyentes, explicaciones concisas y medidas correctoras, nanai de la China. 

Los ecologistas y los medios de comunicación somos los únicos que hemos tirado de la manta para ver el hollín -nunca mejor dicho- que se escondía debajo. Ahora, como se informa unas páginas más adelante, un grupo de colectivos ciudadanos se declara sensibilizado con la cuestión y anuncia su intención de erigirse en plataforma para reivindicar respuestas sobre por qué Avilés está en la lista negra de la contaminación asturiana y abrir un debate que permita esbozar soluciones. Mis mejores deseos para semejantes propósitos, pero o mucho me equivoco o lo que van a obtener es la callada por respuesta. 

Avilés es la ciudad que colocó un panel digital informativo sobre la contaminación en el parque de Las Meanas y allí sigue sin funcionar desde hace la intemerata de años, es el concejo donde los médicos hicieron trabajos de campo para investigar la incidencia de la polución en los salud de la gente, donde se construyó un pomposo «cinturón ambiental» para el que hoy nadie mira, una localidad castigada históricamente por los malos humos cuyo Ayuntamiento carece aún, a estas alturas, de un sistema eficaz de comunicación ciudadana de los datos de la contaminación. ¿A dónde vamos así? 

Hágase extensiva la queja por la remisa actitud con que el Ayuntamiento avilesino encara sus responsabilidades en materia atmosférica a los vertidos en la ría: cuento no menos de una docena en el último año y aún ninguna investigación ha aclarado su origen.


Fuente: lne.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario