James Melik
Junto a los vientres en alquiler, son una muestra de que cada vez más mujeres profesionales están formando familias más tarde, a una edad en la que podrían tener más problemas para concebir.
El crecimiento de la industria de la fertilidad ha provocado que los óvulos de las mujeres y el esperma de los hombres se hayan convertido en productos que se venden y se compran, como cualquier otro.
Si una mujer se ve imposibilitada de producir sus propios óvulos sanos, tiene la opción de ir a una clínica de óvulos -que han sido donados previamente- y pedir que sean fertilizados con el esperma de su marido y luego implantados en su vientre.
"La demanda es enorme", dice Amanda Segal, del Centro de Fertilidad Reproductiva Shady Grove, cerca de Washington D.C. en Estados Unidos.
"Aunque los óvulos sean donados, para fecundarlos se utiliza el esperma de la pareja de la mujer", explica. "Después ella tendrá la oportunidad de llevar a su hijo en el vientre".
La promesa
En algunos países, la ley permite que las mujeres que donan óvulos reciban un pago económico por sus servicios.
"En los centros Shady Grove, ponemos el límite en US$6.500", dice Segal.
Los donantes deben tener entre 21 y 31 años. El centro publicita sus servicios a través de Facebook y Google con el fin de captar a mujeres jóvenes.
"En un mes, es probable que recibamos alrededor de 1.000 solicitudes", explica. "De esas 1.000, sólo el 5% de las mujeres llegan eventualmente a donar sus óvulos".
El comprador puede terminar pagando cerca de US$25.000, una vez se incluyen los procedimientos de investigación previa, la medicación proporcionada al donante y la tasa que se le paga posteriormente, ya cuando sus óvulos son utilizados.
Eso sí: Shady Grove ofrece un reembolso completo si el bebé no llega a nacer, sin importar cuántos ciclos de fertilización se hayan llevado a cabo.
Segal reconoce que algunas personas podrían pensar que es de muy mal gusto que los óvulos de la mujer, la fuente de toda vida humana, se hayan convertido en una mercancía.
"Pero cuando estás en el otro lado de la cerca", dice, "es posible discernir el tamaño del regalo que estas jóvenes (las donantes) están dando".
"Una avalancha, un tsunami"
También está de moda la donación de esperma. Las cifras sugieren que entre el 10% y el 15% de todas las parejas heterosexuales tienen problemas para concebir y que, además, muchas mujeres solteras y lesbianas optan por tener bebés con esperma donado.
Uno de los mayores exportadores del mundo es Cryos International en Dinamarca. Su servicio permite a los clientes evitar las estrictas regulaciones que controlan el suministro de esperma en clínicas de muchos países, pues los productos son enviados directamente a las personas para la inseminación en casa.
El director general de la compañía, Ole Schou, dice que las parejas de lesbianas constituyen cerca del 10% de su clientela, mientras que las mujeres solteras representan alrededor del 40% de la demanda. "Es como una avalancha, un tsunami", dice.
Schou asegura que se trata usualmente de mujeres con un alto nivel educativo, que se han centrado en sus carreras y que después de los 30 años comienzan a pensar en la reproducción.
A diferencia del esperma que se obtiene en una clínica de fertilidad, que proviene de un banco, Cryos Internacional permite a sus clientes navegar online para elegir a los donantes que más se adapten a sus necesidades. En esencia, es como ir de compras por un papá.
"A mí no me gusta la palabra padre, nosotros lo llamamos donante", explica Schou. "Y sí. Es posible elegir entre los diferentes tipos de donantes, de acuerdo a sus distintas cualidades".
En algunos casos, el cliente sabe quién ha donado el esperma. Las normas que determinan la identidad del donante varían de país en país.
Los espermatozoides también se prueban y luego son seleccionados de acuerdo a distintas reglas. En Estados Unidos quien lo determina es la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), mientras que en la Unión Europea (UE) existen las llamadas Normas de calidad de células y tejidos humanos.
"También los clasificamos de acuerdo a términos de concentración de espermatozoides móviles por mililitro tras la descongelación", dice Schou.
El precio por 0,5 ml de esperma va de US$50 a US$500.
¿Explotación?
Otra forma -más polémica- para que las parejas infértiles logren tener un bebé es una madre sustituta.
Los espermatozoides del hombre puede utilizarse para fertilizar el óvulo donado o de su pareja. Luego se le paga a una sustituta para que lleve al bebé en su vientre hasta su nacimiento.
La práctica no es ilegal en el Reino Unido, pero está limitada por una serie de normas legales que, en general, permiten solo aquellos acuerdos de subrogación que son informales y no comerciales.
Pero en algunos países -entre ellos India- es legal y ofrece a las mujeres pobres la oportunidad de obtener lo que para ellas representa una gran cantidad de dinero. El asunto, sin embargo, también plantea la cuestión de si están siendo explotadas.
En promedio, una sustituta de la clínica Ak-Shanka en Anand, en el estado de Gujarat, recibirá US$7.500 por un bebé y hasta US$10.000 si se embaraza de gemelos.
Además de eso, explica la doctora Nayna Patel quien dirige la clínica, se le compensará por no trabajar y se le pagarán sus gastos de comida y alojamiento durante el embarazo.
Las sustitutas viven durante el período de gestación en una casa que pertenece a la clínica, aunque pueden ir a sus hogares por períodos breves o en caso de una emergencia.
Sin embargo, Patel señala: "Nos gustaría que se quedaran con nosotros durante la mayor cantidad de tiempo, sólo para cuidar de su salud".
Se ha puesto atención a los efectos psicológicos causados en las sustitutas cuando los bebés son alejados de ellas poco después de nacer. "Nunca escogemos a sustitutas que no tengan hijos vivos".
Mientras se encuentran bajo los cuidados de la clínica, las madres reciben lecciones de inglés, estética, bordado, corte y confección.
"Incluso después de terminar la subrogación, regresan a la casa a tomar lecciones gratis", dice Patel. "Si quieren decir que es una fábrica de bebés, está bien. Pero también puede verse como una manera en la que estamos ayudando a las mujeres a cambiar sus vidas".
"El dinero que reciben puede ser suficiente para comprar una casa o educar a sus hijos", agrega.
Fuente: bbc.co.uk
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