Arturo Wallace
La explosión que este martes dejó al menos dos muertos e hirió
al exministro del Interior de Colombia Fernando Londoño también sacudió algo más
que los cristales de los edificios cercanos.
Y es que hacía más de tres años que la capital colombiana no registraba un
atentado con explosivos y víctimas fatales.
El incidente también remitió a los bogotanos a una época mucho más lejana, en
la que los ataques con bomba eran prácticamente parte de la vida cotidiana.
Pero a inicios de la década de 1990 casi no había dudas sobre la identidad de
los responsables de los atentados, que eran un arma más en la guerra de Pablo
Escobar contra el Estado colombiano.
Luego las FARC tomarían el relevo.
Pero aunque el comandante de la policía metropolitana de Bogotá, general Luis
Eduardo Martínez, inmediatamente responsabilizó al grupo guerrillero por el
atentado de este martes, en esta oportunidad las cosas no están tan claras.
No en balde tanto el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, como el
presidente, Juan Manuel Santos, inicialmente se limitaron a condenar las
acciones de "los terroristas", así, sin apellidos.
"No sabemos quién está detrás del atentado", admitió Santos.
El factor Londoño
La figura de Fernando Londoño, el exministro del Interior que según el
presidente Santos fue el blanco del ataque, tampoco facilita el análisis.
Por un lado, Londoño es un blanco natural de las FARC: un enemigo jurado del
grupo guerrillero y de cualquier posibilidad de un diálogo de paz.
Pero si, por las razones que sean, los rebeldes están sinceramente
interesados en avanzar en el camino a un diálogo, tal y como han manifestado en
repetidas ocasiones, no tiene sentido que intenten asesinar al exministro de
Álvaro Uribe.
De hecho, se pensaba que entre las víctimas del atentado del martes iba a
figurar el Marco para la Paz, un proyecto de ley que busca crear condiciones
para una eventual salida negociada al conflicto y que se preveía iba a ser
aprobado parcialmente hoy por el Congreso, el que fue congelado por unas horas
luego del ataque.
Y José Obdulio Gaviria, asesor de Álvaro Uribe cuando Londoño era ministro,
le dijo a BBC Mundo que el ataque demostraba lo equivocado que estaba el
gobierno de Juan Manuel Santos al mantener abierta la puerta del diálogo.
"Seguiremos viviendo un ataque muy peligroso contra la democracia colombiana
si continuamos con el lenguaje que ha impuesto hasta ahora el nuevo gobierno",
dijo Gaviria, para quien no cabe ninguna duda de que detrás del atentado está la
mano de las FARC.
"Estamos hablando de hacer concesiones al terrorismo que es distinto a
dialogar", agregó.
Contra la paz
Es por este tipo de posiciones, sin embargo, que el diputado Iván Cepeda, del
opositor Partido Polo Democrático Alternativo, cree que detrás del atentado
están quienes se oponen a la posibilidad de una salida negociada al
conflicto.
"Detrás de ese atentado hay otros intentos por acabar con líderes de derecha
y de izquierda, y creo que la intención es llevar al país a un estado en el cual
no pueda discutirse ninguna iniciativa de paz", le dijo a BBC Mundo Cepeda,
quien también es miembro de la organización Colombianas y Colombianos por la
Paz.
Las voces más vocales en contra de esta salida por lo general vienen de la
derecha del espectro político, que en el pasado se ha aliado con grupos
paramilitares.
Y la agencia de noticias ANNCOL, cercana a las FARC, ha estado sugiriendo vía
Twitter que el atentado contra el exministro Londoño fue una venganza
paramilitar.
El diputado Cepeda, sin embargo, no quiso tratar de identificar a los
posibles responsables materiales.
"Yo creo que eso lo tienen que definir los organismos de investigación, pero
está claro que aquí hay fuerzas que quieren atentar contra la posibilidad de paz
en Colombia", insistió.
Para lo demás, habrá que esperar.
Fuente: bbc.co.uk
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