El nivel de cesio radiactivo encontrado en el arroz en Japón ha superado los niveles de seguridad, por vez primera tras el terremotoque desencadenó la crisis nuclear de la central de Fukushima.
Se trata de arroz cultivado en un campo situado fuera de la zona de exclusión entorno a la central, en la localidad de Onami, situada a unos 60 kilómetros de la planta, según han confirmado las autoridades japonesas.
Las muestras analizadas tenían un tipo de cesio de 630 becquerelios por kilo, mientras que el nivel máximo fijado para los productos alimentarios es de 500 becquerelios.
El Gobierno ha bloqueado la comercialización del arroz de Onami, hasta que este sea declarado seguro. La prohibición afecta a 154 explotaciones arroceras, que producen 192 toneladas anuales de arroz, alimento básico en la dieta de los japoneses, que consumen una media de 85 kilos por persona al año.
Crece el temor entre los consumidores
Este descubrimiento destaca la dificultad de seguir los efectos de la radiación que se ha extendido por el viento y la lluvia y aumenta el temor de los japoneses a que esta se haya extendido a toda la cadena alimentaria. Los gobiernos locales en zonas rurales han fijado centros de prueba para intentar asegurarse de que los productos contaminados no lleguen al mercado.
El gobierno metropolitano de Tokio también comenzó la semana pasada las pruebas de muestras compradas en las tiendas de la capital, en un intento por tranquilizar lo máximo posible a los consumidores.
Sin embargo, los japoneses han sufrido numerosos sustos tras la aparición de radiación en diversos alimentos en los últimos meses -carne de vaca, setas y té verde entre otros productos - aunque nunca antes se había detectado en arroz cultivado en el campo.
Lo que si parece es que, por el momento, los efectos de la radiación no han tenido consecuencias graves sobre su salud, según el estudio realizado por un grupo de investigadores dirigido por Ikuo Kashiwakura, del departamento de Radiología y Ciencias Biológicas de la Universidad de Hirosaki (Japón).
De los 5.000 japoneses analizados en el entorno de Fukushima, la mayoría presentaba unos niveles de contaminación externa menores de 13 kcpm [microsieverts, la unidad con la que se miden la dosis radiactivas absorbidas por las materias vivas], una medida que se clasifica como 'sin nivel de contaminación.
No obstante, afirman que queda por saber el efecto acumulativo de dosis bajas a corto, medio y largo plazo en los seres humanos.
Fuente: elmundo.es
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