El Pevolca autoriza la vuelta a sus casas de los vecinos de La Restinga y abre el túnel de Los Roquillos entre las 07.30 y las 18.30 horas. La mancha del Mar de las Calmas podría tener ya hasta quinientos metros de diámetro
PEDRO GUERRA
ENVIADO ESPECIAL
EL HIERRO El volcán submarino de El Hierro expulsó ayer piroclastos humeantes de hasta un metro de diámetro que pudieron ser vistos desde el helicóptero de la Guardia Civil, que sobrevoló la zona del Mar de las Calmas a primera hora de la tarde de ayer junto con científicos del Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan). Se trata del material de mayor tamaño que ha expulsado el proceso eruptivo desde que hace poco más de un mes se produjera una fisura en el fondo marino, junto a La Restinga, por la que comenzó a salir magma.
También ayer el Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca) autorizó la vuelta a sus casas de los vecinos de La Restinga, después de que el pasado 5 de noviembre fueran desalojados por segunda vez ante el riesgo de que se produjeran explosiones en superficie que desprendieran gases tóxicos procedentes del volcán. Junto a la vuelta a casa de los vecinos de la zona sur, el Pevolca autorizó además la vuelta a casa de las 21 familias desalojadas en Los Polvillos, en Frontera, y la reapertura del túnel de Los Roquillos, que conecta Valverde con Frontera, aunque sólo entre las 07.30 horas y las 18.30 horas. Las 11 familias de Las Puntas, localidad de Frontera situada junta al Roque de Salmor, aún no podrán volver a sus viviendas.
El vuelo del helicóptero de la Guardia Civil coincidió en la tarde de ayer con un aumento considerable de la señal de tremor del volcán submarino de El Hierro. Justo entre las cuatro y las cinco de la tarde, el tremor, que es la vibración que genera el magma en su desplazamiento por el subsuelo, amplió de forma considerable su señal para luego volver a lo que fue normal en todo el día de ayer. Fueron pulsos que duraron casi una hora, probablemente los más grandes de toda la crisis sísmica, desde que el pasado día 10 de octubre se abrió una fisura a unos trescientos metros de profundidad bajo el Mar de las Calmas por la que desde entonces sale lava.
En ese momento, enormes piroclastos humeantes de hasta un metro de diámetro emergían de las profundidades hasta llegar a superficie, donde se desprendían pequeñas columnas de humo fruto de su enfriamiento al llegar a la cota del nivel del mar. El helicóptero, por seguridad, no se pudo acercar a recoger muestras, pero los primeros indicios apuntan a que se trata de material basáltico, el más común de los tres que ha expulsado el volcán submarino en poco más de un mes de actividad.
Según apuntan los científicos, la zona total del burbujeo que se reinició en la jornada de ayer sobre el Mar de las Calmas podría tener hasta quinientos metros de diámetro, con una zona más caliente en la parte exterior cuyo diámetro podría ser de unos cien metros. Como ya se ha apuntado en diversas ocasiones, el burbujeo indica que en la fisura submarina puede haber al menos tres bocas eruptivas diferentes.
En la zona norte, en el otro proceso que se produce en dos cotas de profundidad diferentes en la zona de El Golfo, en Frontera, ayer se volvieron a vivir terremotos de más de tres grados en la escala Richter, que fueron sentidos por la población. Según aseguró Carmen López, responsable de vigilancia volcánica del Instituto Geográfico Nacional, "aún se pueden producir terremotos de 4,6 grados [el máximo de toda la crisis sísmica] e incluso superiores", dijo al finalizar la reunión del Pevolca a mediodía de ayer.
En esa zona norte todo está preparado para que se produzca una nueva erupción, probablemente en el mar a una profundidad incluso superior a los mil metros, aunque no se descarta que la lava puede emigrar hacia tierra y romper una boca eruptiva por el edificio insular. Así continúa El Hierro, con el magma cercando la isla de norte a sur.
ENVIADO ESPECIAL
EL HIERRO El volcán submarino de El Hierro expulsó ayer piroclastos humeantes de hasta un metro de diámetro que pudieron ser vistos desde el helicóptero de la Guardia Civil, que sobrevoló la zona del Mar de las Calmas a primera hora de la tarde de ayer junto con científicos del Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan). Se trata del material de mayor tamaño que ha expulsado el proceso eruptivo desde que hace poco más de un mes se produjera una fisura en el fondo marino, junto a La Restinga, por la que comenzó a salir magma.
También ayer el Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca) autorizó la vuelta a sus casas de los vecinos de La Restinga, después de que el pasado 5 de noviembre fueran desalojados por segunda vez ante el riesgo de que se produjeran explosiones en superficie que desprendieran gases tóxicos procedentes del volcán. Junto a la vuelta a casa de los vecinos de la zona sur, el Pevolca autorizó además la vuelta a casa de las 21 familias desalojadas en Los Polvillos, en Frontera, y la reapertura del túnel de Los Roquillos, que conecta Valverde con Frontera, aunque sólo entre las 07.30 horas y las 18.30 horas. Las 11 familias de Las Puntas, localidad de Frontera situada junta al Roque de Salmor, aún no podrán volver a sus viviendas.
El vuelo del helicóptero de la Guardia Civil coincidió en la tarde de ayer con un aumento considerable de la señal de tremor del volcán submarino de El Hierro. Justo entre las cuatro y las cinco de la tarde, el tremor, que es la vibración que genera el magma en su desplazamiento por el subsuelo, amplió de forma considerable su señal para luego volver a lo que fue normal en todo el día de ayer. Fueron pulsos que duraron casi una hora, probablemente los más grandes de toda la crisis sísmica, desde que el pasado día 10 de octubre se abrió una fisura a unos trescientos metros de profundidad bajo el Mar de las Calmas por la que desde entonces sale lava.
En ese momento, enormes piroclastos humeantes de hasta un metro de diámetro emergían de las profundidades hasta llegar a superficie, donde se desprendían pequeñas columnas de humo fruto de su enfriamiento al llegar a la cota del nivel del mar. El helicóptero, por seguridad, no se pudo acercar a recoger muestras, pero los primeros indicios apuntan a que se trata de material basáltico, el más común de los tres que ha expulsado el volcán submarino en poco más de un mes de actividad.
Según apuntan los científicos, la zona total del burbujeo que se reinició en la jornada de ayer sobre el Mar de las Calmas podría tener hasta quinientos metros de diámetro, con una zona más caliente en la parte exterior cuyo diámetro podría ser de unos cien metros. Como ya se ha apuntado en diversas ocasiones, el burbujeo indica que en la fisura submarina puede haber al menos tres bocas eruptivas diferentes.
En la zona norte, en el otro proceso que se produce en dos cotas de profundidad diferentes en la zona de El Golfo, en Frontera, ayer se volvieron a vivir terremotos de más de tres grados en la escala Richter, que fueron sentidos por la población. Según aseguró Carmen López, responsable de vigilancia volcánica del Instituto Geográfico Nacional, "aún se pueden producir terremotos de 4,6 grados [el máximo de toda la crisis sísmica] e incluso superiores", dijo al finalizar la reunión del Pevolca a mediodía de ayer.
En esa zona norte todo está preparado para que se produzca una nueva erupción, probablemente en el mar a una profundidad incluso superior a los mil metros, aunque no se descarta que la lava puede emigrar hacia tierra y romper una boca eruptiva por el edificio insular. Así continúa El Hierro, con el magma cercando la isla de norte a sur.
Fuente: laprovincia.es
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