Jossette Rivera
Lucen como coloreados paquetes inofensivos de incienso o sales de
baño en los mostradores de tiendas de conveniencia, estaciones de servicio o
sitios de Internet. En realidad son drogas con peligrosos efectos que nadie
hasta ahora puede predecir.
Hasta ahora, el peligro fundamental de estas drogas de moda había sido la
falta de control de las autoridades sobre su producción y consumo.
Pero esta semana, el presidente estadounidense Barack Obama firmó una radical
ley federal que prohíbe varios tipos de estas sustancias sintéticas, tras varios
intentos infructuosos de decenas de gobiernos locales para vetarlas.
En los últimos meses, los servicios de emergencia de ciudades estadounidenses
se han visto sorprendidos con cada vez más ingresos de pacientes con extraños
síntomas.
En mayo, muchos señalaron a este tipo de drogas como las responsables del
comportamiento de Rudy Eugene, el hombre que arrancó a mordiscos gran parte del
rostro de un indigente en Miami, Florida.
Sin embargo, la autopsia de Eugene -quien fue abatido por la policía mientras
atacaba a su víctima- indicó que sólo había consumido marihuana.
Los usuarios de estas drogas de diseño presentan episodios de paranoia
extrema, agitación, alucinaciones y fuerza fuera de lo común, pero los exámenes
toxicológicos no muestran ningún consumo de sustancias no autorizadas.
La ley busca que esos ingredientes precursores queden identificados y
controlados, y que se elimine un comercio que hasta ahora no era en estricto
sentido ilegal.
Qué son
Algunos nombres para su venta
- Cloud Nine
- Spice
- K2
- Potpourri
- Plant Food
- Jewelry Cleaner
- Crystal Bubbly
- Vanilla Sky
Se les conoce como "incienso" y "sales de baño". Sin embargo, no contienen
ninguno de esos productos. Se trata de drogas "de diseño" cuyos compuestos no se
han podido determinar con exactitud.
Un poco porque combinan distintas sustancias de forma arbitraria, otro porque
sus componentes provienen del extranjero –se cree que se producen principalmente
en China e India y se mezclan en EE.UU.- y finalmente porque no dejan rastro en
los usuarios.
"Es un paquete que venden en las gasolineras y se vende como incienso y es
completamente legal. Se fuma y causa unas reacciones erráticas en el
comportamiento de los pacientes", explicó a BBC Mundo, Patricia Junquera,
profesora asistente de psiquiatría de UM.
Este supuesto incienso (conocido como Spice o K2) contiene químicos
que, en la mayoría de los casos, intenta reproducir el ingrediente activo de la
marihuana (THC). Los estudios de laboratorio demuestran que pueden ser de 100 a
800 veces más potente.
También se han encontrado en ellos productos como fertilizantes.
Mientras que las sales de baño están hechas principalmente con químicos
parecidos a la anfetamina, como metilendioxipirovalerona (MDPV), mefedrona, y
provalerona. Se venden como "sustitutos de cocaína" o "LSD sintético" en forma
de polvo que es inhalado, tragado o inyectado en la vena.
Sin embargo, resulta casi imposible saber cuáles de estos compuestos están
contenidos en esos discretos paquetes de colores, que advierten en su empaque
que ninguno de los químicos utilizados en su manufactura están aprobados para el
consumo humano.
Qué hacen
Efectos
- A nsiedad aguda o paranoia
- Ataques de pánico
- S ensación de alienación/ disociación del mundo
- Alucinaciones
- Tos constante
- N áuseas y vómito
- I ncapacidad para mantener un pensamiento por más de unos pocos segundos
- P alpitaciones irregulares del corazón/taquicardia
- Pérdida de concentración
- E pisodios psicóticos
- Temblores/escalofríos
Debido a la facilidad para adquirirlas, también resulta sencillo suponer que
el efecto será "inofensivo" o parecido al de la marihuana tradicional, que no es
considerada una droga dura. Pero no es así.
Además de los efectos secundarios como boca seca, nauseas y ojos rojos, estas
drogas generan ataques de ansiedad, episodios de psicosis severa y reacciones
erráticas en el comportamiento de los pacientes. Clínicamente no se puede
diferenciar el consumo de ambas sustancias.
Los médicos reportan aumento de la temperatura del cuerpo y
esquizofrenia.
"Los que las toman sufren alucinaciones, oyen voces y ven cosas que no están
ahí. Se encuentran en un estado de delirio", explicó a BBC Mundo Paul Adams del
servicio de emergencias del hospital Jackson Memorial.
"Atacan a sus propios padres, se dan golpes contra la pared o se
autolesionan, cortándose los brazos o las piernas. Pueden llegar a hacerse
tatuajes sin ningún tipo de anestesia. El umbral del dolor aumenta muchísimo",
dice Adams.
Además, una de sus manifestaciones más peligrosas es la incapacidad de frenar
sus acciones.
"Pierden la conciencia de su fuerza, que se ve aumentada. Tiene una fuerza
sobrenatural que no pueden controlar", dijo a BBC Mundo, Patricia Junquera,
profesora asistente de psiquiatría de UM.
La rápida adicción que generan en el consumidor ha ocasionado que se le
empiece a considerar como "una epidemia".
El Sovereign Health Group, uno de los programas más reconocidos para el
tratamiento de adicciones en EE.UU., explica en su página de internet que tras
el uso continuado, los usuarios desarrollan una tolerancia que los obliga a
consumir cada vez más para lograr el mismo nivel de alucinación.
"Como resultado, los consumidores desarrollan una dependencia
química".
Quiénes las consumen
Una de los grandes riesgos de estas drogas "de moda" es la dificultad de
identificar a sus usuarios.
Según reportes de hospitales y centros de atención, los "nuevos" consumidores
no levantan ninguna sospecha, ni están consientes del peligro al que se
exponen.
Generalmente se trata de adolescentes y adultos jóvenes que se sienten
atraídos por la facilidad de no lidiar con un distribuidor o dealer y
que pueden obtener la sustancia fácilmente en una tienda o por internet sin
necesidad de esconderla.
Además, tienen la percepción de que no están cometiendo ningún acto ilegal y
pueden escabullirse de las pruebas antidrogas que se aplican en trabajos y
escuelas.
Finalmente, con costos que van de los US$25 a US$50, los consumidores suponen
que no están involucrados en una actividad criminal.
Cómo detenerlas
Ante un fenómeno que se incrementa a pasos agigantados: las llamadas de
emergencia subieron nacionalmente de 304 en 2010 a 6.132 apenas un año después,
las autoridades han tratado de hacerle frente con vedas temporales.
En octubre de 2011, la agencia antidrogas estadounidense (DEA) utilizó sus
poderes administrativos para establecer una prohibición de emergencia con
duración de un año a los componentes químicos más comúnmente utilizados en las
sales de baño.
Otras leyes estatales intentaron impedir su consumo, posesión o distribución.
Sin embargo, se veían superadas ya que sus nombres y compuestos varían a una
velocidad inusitada.
Este lunes, el presidente Barack Obama firmó una radical Ley para la
Prevención del Uso de Drogas Sintéticas de 2012, que implica no sólo la
prohibición de los componentes si no también de otros similares que puedan
producirse en el futuro o que sean distintos pero generen los mismos
efectos.
La ley enumera 31 compuestos explicitamente prohibidos (20 de la marihuana
sintética y 10 de las sales de baño). También prevé penas criminales para quien
venda el producto en establecimientos o por internet.
"Esta ley cerrará los atajos que habían permitido a los productores darle la
vuelta a las prohibiciones locales y estatales y asegurarse de que no se pueda
simplemente cruzar la frontera entre los estados para encontrar las mortales
sales de baño", dijo uno de los promotores de la ley, el senador Charles Schumer
mediante un comunicado.
Algunos esperan que si el problema no puede resolverse por completo, por lo
menos, podrá castigarse.
"Esta legislación dará las herramientas que se requieren para tomar medidas
enérgicas contra las drogas sintéticas", dijo el senador Amy Klobuchar.
Sin embargo, aún existe el temor que la velocidad de la ley pudiera no
alcanzar la de los productores de estas nuevas drogas, cada vez más
peligrosas.
Fuente: bbc.co.uk
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