Los avances de la ciencia y medicina han permitido que hoy
vivamos muchos más años que nunca.
Se calcula que más de 455.000 personas de 100 años o más viven hoy en el
mundo.
Aunque sin duda está muy bien poder alcanzar una vida longeva, nadie quiere
vivir muchos años con enfermedades, discapacidad y falta de independencia.
Entonces, ¿cuál es el secreto de una vida larga que a la vez es una buena
vida?
Nora Hardwich, de 106 años, es una de los 12.000 centenarios que viven en el
Reino Unido.
Nora ha dedicado su vida a su comunidad. Durante muchos años fue la encargada
de la oficina de correos en el pueblo de Ancaster, en Inglaterra.
Y para ella, el secreto de su longevidad ha sido su estilo de vida
filantrópico.
Nora está en lo correcto.
Los estudios han demostrado que dar algo o hacer algo por los demás ofrece al
individuo un sentido de propósito en la vida e incrementa su autoestima.
Esa sensación que se experimenta con los actos de generosidad puede resultar
en la liberación de hormonas, específicamente de endorfinas, las cuales se cree
que reducen el estrés, promueven el bienestar y fortalecen el sistema
inmune.
Beber, pero poco, ayuda
Pero Nora, además, tiene otra clave para una vida longeva: una copa ocasional
de whisky.
En esto Nora también está en lo correcto.
Algunos estudios han demostrado que las mujeres que beben pequeñas cantidades
de alcohol cada noche tienen más probabilidad de envejecer con mejor salud que
las abstemias.
Y también la nutrición parece tener un impacto en el envejecimiento.
Algunas investigaciones han demostrado que una dieta baja en calorías puede
incrementar las expectativas de vida, incluso hasta por 25 años.
Hasta ahora, sin embargo, los científicos no logran ponerse de acuerdo en
cuáles son los factores que tienen el mayor impacto en la longevidad.
"La ciencia está algo perpleja ante este asunto", le dice a la BBC el
profesor Tim Spector, experto en envejecimiento del King's College de
Londres.
"Todavía no logramos entender qué es lo que hace a un centenario. Porque
todos ellos tienen características únicas", agrega.
Algunos investigadores creen que la respuesta está en los genes. Para otros
es el estilo de vida.
Pero tal como señala Alice Herz-Sommer, de 108 años de edad, la explicación
de su vida larga está en la actitud.
"Mi hermana gemela era una pesimista terrible. Nunca, nunca se reía, y murió
antes de cumplir los 70 años", dice Alice.
"Yo soy optimista. Para mí lo único que cuenta son las cosas buenas, nunca
los malos pensamientos" agrega.
Actitud
Alice no ha tenido una vida fácil. Es la sobreviviente de más edad del
Holocausto.
Estuvo en el campo de concentración de Terezín, cerca de Praga, junto con su
pequeño hijo Rafael. Y su esposo murió en el campo de Belsen en Alemania.
Según el profesor Spector, puede haber algo de verdad en la afirmación de
Alice sobre la calma interna y el optimismo.
El científico es autor del libro Identically Different
(Identicamente Diferente), en el cual investiga la epigenética, un nuevo campo
de estudio sobre cómo el ambiente y la decisiones que tomamos pueden tener un
impacto en nuestro código genético.
"Lo que hemos encontrado con nuestros experimentos con gemelos es que una
pequeña diferencia en el desarrollo o la actitud en la vida puede tener un
enorme impacto en las vías genéticas", dice el científico.
Cree que la forma como una persona ve o enfrenta una situación puede afectar
sus genes y provocar cambios químicos en el cerebro y alterar los niveles de
estrés.
Y esto puede tener un impacto en la salud y longevidad.
La actitud ante la vida es especialmente importante en las personas de edad
avanzada, dice el profesor Spector.
"Si usted tiene la voluntad para realizar actividades entonces es una persona
optimista. Si usted es algo pesimista y dice: 'si algo esto o aquello puedo
romperme una pierna y terminar en el hospital' entonces lo más seguro es que se
quede en la cama todo el día".
Según Tim Spector, las investigaciones han demostrado que un estilo de vida
activo es vital para tener una vida larga y una vida sana.
Pero a esto, dice, se deben agregar las influencias genéticas y las
ambientales.
De manera que en la longevidad, como en muchas otras cosas en la vida,
también se trata, al menos en parte, de una cuestión de suerte.
Fuente: bbc.co.uk
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