Tony Nicklinson sufrió un evento cerebrovascular hace siete
años que lo dejó paralizado con síndrome de encerramiento.
Ahora está pidiendo a la Alta Corte de Justicia de Inglaterra que le permita
morir.
En el caso que presentó en la corte, Nicklinson pide que un médico pueda
legalmente ayudarlo a morir porque, según dice, vivir 20 años o más en su estado
será una "creciente miseria".
Según expresó su abogado ante la corte, Nicklinson quiere que se le permita
la eutanasia. Lo que él llama "un remedio".
Pero el gobierno argumenta que un fallo así equivaldría a autorizar un
asesinato.
El caso de Tony Nicklinson es distinto de otros casos recientes en Gran
Bretaña sobre el derecho a morir que se centran en el suicidio asistido, que son
peticiones para ayudar a una persona a suicidarse.
Pero el caso de Nicklinson es una apelación para permitir matar
deliberadamente a una persona que así lo está pidiendo, lo cual está
estrictamente prohibido en Inglaterra y el resto del Reino Unido.
Pero la parálisis del señor Nicklinson es tan severa que no le permitiría
suicidarse y alguien más deberá matarlo. Es eutanasia.
Después de un evento cerebrovascular en 2005 mientras estaba en un viaje de
negocios en Atenas, quedó totalmente paralizado pero con todas sus funciones
mentales intactas.
Tal como dijo a la BBC el señor Nicklinson, su vida es "una pesadilla
viviente" porque no puede hablar ni moverse y depende de que otras personas le
hagan todo para vivir.
Sin calidad de vida
Para comunicarse necesita una computadora especial que controla con la
mirada.
"Los argumentos legales están bien, pero no deben olvidar que una vida
resultará afectada por la decisión que tomen" expresó el señor Nicklinson en un
correo electrónico.
"Una decisión en mi contra me condenará a "una vida de creciente
miseria".
"Cada día que pasa la vida se vuelve un poco más incómoda y difícil de
soportar" le dice a la BBC.
Su familia apoya su petición.
"Papá quiere morir porque simplemente siente que no tiene calidad de vida"
dice su hija Lauren, de 24 años.
"Pasó de ser un jugador de rugby activo y extrovertido a alguien que pasa los
días sentado en una silla de ruedas frente a la televisión".
Tal como explican los abogados, Nicklinson quiere que un médico pueda
terminar su vida legalmente porque de lo contrario cualquier persona que le
ayude a morir podría ser acusada de asesinato.
Según Laruen, la gente que conoció la vida de su papá antes del evento
cerebrovascular entiende su decisión.
"La relación que una vez tuvimos estaba basada en las actividades que
compartíamos, en salir y divertirnos" dice.
"Ahora no podemos hacer nada de eso. Nos une un vínculo muy fuerte pero desde
su perspectiva eso ya no es suficiente".
Su abogado, Paul Bowen, dijo ante la corte que "Tony ha tenido casi siete
años para contemplar su situación".
"Con los continuos beneficios para la salud y la asistencia social en el
siglo 21 su expectativa de vida es normal. Es decir, le quedan otros 20 años o
más de vida".
"Él no desea vivir esa vida".
Según el abogado, "el demandante, que ha llegado a la decisión voluntaria,
clara, establecida e informada de terminar su vida con dignidad, está demasiado
discapacitado para hacerlo".
"La ley actual de suicidio asistido y eutanasia opera para evitar que él
adopte los únicos medios por los cuales puede prácticamente terminar su vida, es
decir, la asistencia médica".
Durante los próximos días los jueces escucharán argumentos a favor y en
contra y se espera que haya un fallo posteriormente.
Fuente: bbc.co.uk
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