Los países de la eurozona ayudarán a España con un préstamo de
hasta US$125.000 millones para que recapitalice el sistema bancario. Ante el
dato, muchos se pierden en la lucha semántica, pero, ¿importa cómo se llame?
Después de varias idas y venidas en las últimas semanas, el ministro de
Economía español, Luis de Guindos, compareció para confirmar lo que ya se
escuchaba en los pasillos.
España pidió ayuda financiera para sanear su sistema bancario. Los países del
eurogrupo (que tienen el euro como moneda común) acceden a poner a disposición
del gobierno español una cantidad de hasta US$125.000 millones, sin imponer
condiciones macroeconómicas ni fiscales a España.
Esta diferencia de concepto entre lo que ocurrió este sábado y lo que ha
pasado anteriormente con Grecia, Irlanda y Portugal, es lo que hace que el
gobierno del conservador Mariano Rajoy diga que esto es un préstamo, ayuda o
apoyo financiero mientras que desde la oposición se habla claramente de
rescate.
Escenario previsto
Un equipo formado por personal de la Comisión Europea, el Banco Central
Europeo, y el Fondo Monetario Internacional se trasladará a Madrid para evaluar
las necesidades del sector bancario español, según confirmó un portavoz del
eurogrupo a la BBC.
Aún no se sabe cuál es la cantidad exacta que recibirá España. Esto se
decidirá después de conocerse los resultados de varios informes
especializados.
Las primeras cifras se sabrán el 21 de junio, cuando se publiquen las
conclusiones del informe de las consultoras independientes Roland Berger y
Oliver Wyman contratadas para recabar los datos sobre las necesidades de
capitalización de la banca española y que emitirán cada una un informe.
Ambas consultoras utilizarán dos escenarios para hacer sus cálculos, el
primero basado en la situación "más probable" y el segundo, en previsión de un
escenario más "estresado", en el que se asume una peor coyuntura económica y una
caída más significativa de los precios de los activos inmobiliarios.
Además, cuatro firmas auditoras, PwC, Deloitte, Ernst & Young y KPMG,
están evaluando las carteras crediticias de los bancos españoles, no sólo las
inmobiliarias, sino también las de créditos al consumo, a las empresas y a las
familias, para ajustar los saneamientos que se necesitan.
Se prevé que estas firmas terminen su trabajo el 31 de julio y será en ese
momento cuando el Gobierno tendrá que decidir qué volumen de fondos reclama a
Europa.
Cómo se debilitaron los bancos
El dinero servirá para dar un impulso a las finanzas de los bancos más
débiles de España, que se han quedado con pérdidas de miles de millones de euros
de los llamados "créditos malos" por el estallido de la burbuja inmobiliaria y
la consiguiente recesión.
Algunos de estos bancos pidieron prestadas grandes cantidades de dinero en
los mercados internacionales para, a su vez, poder conceder créditos a
constructores y compradores de viviendas, una estrategia que era más arriesgada
que haberlos financiado con depósitos de los ahorros.
Cuando golpeó la crisis crediticia, el sector financiero español quedó sumido
en lo que el Fondo Monetario Internacional describió como una crisis "sin
precedentes".
Incertidumbre de la ciudadanía
Por más que desde el gobierno y desde otras instituciones como la Comisión
Europea y el Fondo Monetario Internacional se subraya que la de este sábado es
una noticia positiva, las protestas populares no se han hecho esperar.
Todos se preguntan de dónde saldrá el dinero para devolver este préstamo, que
no es un regalo de los países europeos.
El impacto sobre los ciudadanos se puede traducir en mayores medidas de
ajuste y recortes presupuestarios para hacer frente a la deuda.
Esto es: subida del Impuesto sobre el Valor Añadido, recortes salariales a
los empleados públicos, congelación o bajada de las pensiones, y reducción de
las prestaciones por desempleo.
En cuanto a la respuesta del sistema financiero internacional, la prueba de
fuego llegará el lunes, cuando abran las bolsas y el mercado de deuda.
Los bancos necesitan deshacerse de cerca de 200.000 propiedades embargadas en
un momento en que los precios de la vivienda han caído, de media, un 25%.
El gobierno ha inyectado ya más de US$42.000 millones en el sistema bancario
para intentar reforzarlo, según el FMI. Además, ha nacionalizado Bankia, el
cuarto banco más grande, que el mes pasado solicitó una ayuda de más de
US$23.000 millones.
De dónde procede el dinero
El gobierno español se ha esforzado en asegurar que cualquier ayuda externa
fuera directa a los bancos, mejor que al gobierno central.
Como resultado, los créditos irán a su agencia de restructuración bancaria,
el llamado Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que funciona como
agente intermediario del gobierno. Aún así, esto se considerará de todas formas
deuda pública, dijo el ministro Luis de Guindos.
En su comunicado, el Eurogrupo declaró: "el FROB, que actúa como agente del
gobierno español, podría recibir los fondos y reconducirlos hacia las
instituciones financieras involucradas. El gobierno español retendrá la total
responsabilidad de la ayuda financiera".
El dinero procederá de dos fondos creados para ayudar a los miembros de la
eurozona que se encuentren en dificultades financieras: el Fondo Europeo de
Estabilidad Financiera (FEEF), ya en funcionamiento, y el Mecanismo de
Estabilidad Europeo (MEE), que entra en vigor el próximo mes.
El ministro de Economía español no supo concretar qué proporción aportará
cada uno de estos fondos, dado que algunos parlamentos de países de la eurozona
no han ratificado todavía el MEE.
El hecho de que el préstamo se tramite a través del FROB, hace que la tasa de
interés y los plazos de devolución del dinero sean extremadamente favorables,
subrayó el ministro.
¿Es un rescate?
Según señala el periodista de la BBC Tom Burridge, desde Madrid, la mayor
parte de los analistas y expertos calificarían lo sucedido este sábado como un
rescate financiero.
Burridge reconoce que es un rescate distinto del que recibieron Grecia,
Portugal e Irlanda: no está sometido a condiciones tan estrictas y el dinero se
va a gestionar a través del FROB.
Pero, dado que el FROB es una institución pública, la deuda contraída por
este préstamo aterrizará en los libros de contabilidad del gobierno español.
Las autoridades españolas rehúsaban hacer comentarios hasta el último
momento, e incluso algunos ministros, explica Burridge, negaban que España fuera
a solicitar ayuda.
"La impresión que tenemos es que España ha sido conducida por una mano
externa para acelerar el proceso de petición de ayuda del extranjero",
concluye.
Fuente: bbc.co.uk
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