Un jurado de la Corte Superior de Los Angeles declaró culpable al médico Conrad Murray por homicidio involuntario del cantante Michael Jackson.
Casi tres horas después de haber iniciado su segundo día de deliberaciones, el jurado hizo sonar tres veces el timbre de la sala para informar que tomó una decisión sobre la responsabilidad del doctor en la muerte del cantante.
Murray, un cardiólogo de 58 años, enfrenta un máximo de cuatro años de prisión y la pérdida definitiva de su licencia médica.
“¡Finalmente hay un veredicto!”, escribió LaToya Jackson, una de las hermanas del cantante, en su cuenta en Twitter. “¡Estoy en camino, estoy temblando incontrolablemente!”.
El jurado había comenzado a deliberar el viernes, un día después de que los abogados de la fiscalía y la defensa hicieran sus alegatos finales en el juicio que comenzó el 27 de septiembre. Durante las casi seis semanas de sesiones, se presentaron 49 testigos (33 por la fiscalía y 16 por la defensa).
Murray era el médico exclusivo de Jackson y lo trataba con varios sedantes, entre ellos el potente anestésico propofol, para ayudarlo a dormir porque el cantante sufría insomnio crónico. Según un experto citado en la corte, este trastorno del sueño era una consecuencia de su probable adicción al analgésico Demerol a causa de sus frecuentes inyecciones de Botox.
Pero en una entrevista difundida el lunes en el canal HLN, el dermatólogo de la estrella, Arnold Klein, desmintió esta versión: “Michael no era dependiente. Michael Jackson no tenía problemas con los analgésicos”. Klein también negó haberle suministrado a Jackson las ingentes cantidades de Demerol que se mencionaron en el juicio.
En la mañana del 25 de junio de 2009, Murray administró propofol al cantante luego de que otros sedantes no surtieran efecto durante la noche. Luego se ausentó de la habitación del artista y, al volver, lo encontró aparentemente sin vida.
El fiscal David Walgren dijo en su discurso final que la negligencia del médico, quien habría actuado espoleado por su jugoso sueldo de 150.000 dólares, privó a los hijos de Jackson de un padre y al mundo de “un genio”.
En tanto, la defensa ha argumentado que el autor de “Thriller” era un adicto desesperado que causó su propia muerte al tomar más medicamentos mientras Murray estaba fuera de la habitación.
El abogado de Murray, Ed Chernoff, insistió en este asunto durante su discurso final, pero también cuestionó la integridad de los testigos claves de la parte acusadora y sugirió que los colaboradores del ícono del pop armaron su versión para obtener dinero de parte de los medios ávidos de noticias.
“Es un pequeño pez en un enorme estanque sucio”, dijo Chernoff sobre Murray, quien llevaba dos meses trabajando para el cantante cuando éste murió.
Fuente: elnuevoherald.com
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