Este martes deben comenzar en la sede de Naciones Unidas de
Nueva York las negociaciones para establecer el primer tratado vinculante que
controle la venta de armas en el mundo.
Durante las próximas semanas, los diplomáticos de los 193 países que integran
esta organización tratarán de llegar a un consenso y superar las dificultades
que hay entre las principales naciones involucradas en el comercio de armamento,
tanto importadores como exportadores.
¿Qué se busca exactamente con este diálogo? ¿Qué países apoyan la medida y
cuáles se oponen? ¿Qué posición toman los países latinoamericanos? Conozca las
respuestas en esta guía de BBC Mundo.
¿Qué se va a discutir?
La conferencia, que tendrá lugar en Nueva York entre el 2 y el 27 de julio,
tiene el objetivo de negociar "la iniciativa más importante de la historia sobre
la regulación de armas convencionales en Naciones Unidas", según se señala en la
página web de la conferencia.
La iniciativa es un tratado para controlar las ventas de armas alrededor del
mundo. En las próximas semanas, los negociadores tratarán de determinar la
magnitud del tratado y llegar a un acuerdo entre las diferentes posturas.
De acuerdo con la información oficial de la conferencia, un eventual tratado
sobre el comercio de armas buscará crear una base para las transferencias
internacionales de armas al obligar a todos los Estados a que cumplan con una
serie de estándares.
Sin embargo, no busca prohibir la exportación de ningún tipo de armamento, ni
tampoco interferir con el comercio doméstico o la forma en cómo los países
regulan la tenencia civil de armas.
¿Por qué es importante el tema?
Las ventas de armas ilegales o mal reguladas contribuyen a fomentar los
conflictos, aumentar la corrupción y afectar el desarrollo, especialmente en los
lugares más pobres del mundo, según explica el corresponsal diplomático de la
BBC, Jonathan Marcus.
Naciones Unidas agrega que una consecuencia de los controles inadecuados y
del abuso y la disponibilidad generalizada de armas es la "obstrucción de
operaciones humanitarias para salvar vidas".
Se estima que el comercio anual global de armas oscila entre US$60.000
millones y US$70.000 millones, mientras unas 750.000 personas mueren cada año
por armas ilícitas.
"De Congo a Libia, de Siria a Mali, todos han sufrido por el comercio no
regulado de armas y munición, permitiéndoles a estos conflictos causar daños
inconmensurables y perpetuarse", dice Anna Macdonald, de la organización no
gubernamental de ayuda humanitaria y desarrollo Oxfam.
"En las próximas semanas, los diplomáticos cambiarán el mundo o le fallarán
al mundo", agrega.
¿Quiénes están a favor del tratado?
La apertura de estas negociaciones para establecer estándares comunes en el
comercio global de armas llega como resultado de una campaña de seis años
llevada a cabo por una coalición de organizaciones no gubernamentales, entre
ellas Amnistía Internacional y Oxfam.
La mayoría de los miembros de Naciones Unidas apoya el tratado, aunque
algunos de los exportadores principales de armas tienen sus reservas.
Estados Unidos, que inicialmente mostró su escepticismo, ahora también se
muestra a favor del proyecto.
¿Qué opinan los países latinoamericanos?
Varios países latinoamericanos han explicado sus argumentos sobre el tratado
en los últimos meses y seis de ellos lo hicieron en una recopilación de
visiones que preparó el secretariado de la conferencia con miras al evento que
empieza esta semana.
Costa Rica calificó el tratado de "esencial" y enfatizó la vulnerabilidad de
los países en vías de desarrollo, y Ecuador recalcó que el tratado debe incluir
la responsabilidad compartida entre los países exportadores, importadores y de
tránsito.
Cuba pidió que el documento no sea "discriminatorio" ni "basado en criterios
de control subjetivos" que puedan ser "manipulados por unos estados para
promover agendas políticas y de seguridad dirigidas a otros estados".
México y Chile indicaron su "firme" compromiso con las negociaciones,
mientras Venezuela recalcó que "bajo ninguna circunstancia debería ningún
tratado futuro restringir o limitar los derechos de los países importadores de
armas".
Este país también se mostró en contra de que se incluya en el acuerdo el
control a las municiones, uno de los temas que ha generado más división entre
los negociadores y que apoyan países latinoamericanos como Costa Rica.
¿Quiénes se oponen?
Además de Venezuela, otros países que se han opuesto al tema de la munición
son China, Siria y Egipto, bajo el argumento de que sería difícil de
monitorear.
En un informe reciente, Oxfam señaló que la industria global de munición para
armas pequeñas y livianas está valorada en US$4.300 millones y se producen
12.000 millones de balas al año.
China también quiere eximir las armas pequeñas, mientras varios países de
Medio Oriente se oponen a que sea obligatorio que los países que quieren comprar
armas deban cumplir con ciertos estándares de protección de los derechos
humanos.
Cualquier versión del tratado que surja de estas negociaciones deberá ser
aprobada de manera unánime, lo que efectivamente les da a todos los países un
poder de veto.
Pero los activistas señalan que incluso si el tratado se veta, puede ser
llevado luego a la Asamblea General de la ONU y ser adoptado allá con una
mayoría de dos tercios.
Fuente: bbc.co.uk
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