Michael Bristow
Al tener las necesidades prácticas resueltas muchos se
preguntan qué hacer para aprovechar mejor el dinero sobrante.
Hasta no hace mucho tiempo atrás, capitalismo era una mala
palabra en China. En este país comunista resultaba impensable desarrollar un
negocio propio o tratar de hacerse rico.
Sin embargo, todo eso cambió con la implementación de una serie de reformas
económicas en los últimos 30 años. Estas reformas despertaron un interés por el
mundo de los negocios en gran parte de la población.
Hoy día, muchos chinos dedican sus horas libres a pensar, leer y aprender
sobre cómo salir adelante económicamente.
Recurren a seminarios, libros de ayuda y novelas en busca de inspiración y
conocimiento sobre las reglas de este nuevo juego.
Una de las firmas que tratan de ayudar a estos emprendedores -y sacar ventaja
de la situación- es Hengtaidatong Gold, una empresa que intenta persuadir a la
gente a invertir en oro.
Cada varias semanas, la compañía organiza reuniones para los habitantes más
adinerados de Pekín en las que les enseña cómo hacer dinero invirtiendo en este
precioso metal.
Jugando a invertir
En uno de esos encuentros, los organizadores invitan a los potenciales
inversores a una sala amueblada con cómodos sillones de cuero y les ofrecen café
italiano o té chino.
En los seminarios los instructures utilizan lingotes de oro de
juguete y billetes falsos para enseñar los secretos de una buena inversión.
El evento al que asistí, tuvo lugar en una cafetería del distrito comercial
de Pekín, y estuvo liderado por el elocuente Zhan Weisheng.
"Las generaciones anteriores nunca tuvieron que pensar en invertir porque
eran pobres. La única preocupación era tener comida suficiente y ropa para
abrigarse", le dice Weisheng a la BBC.
"Pero como la economía está creciendo rápidamente, estos problemas ya no
existen y la gente tiene dinero, por eso, naturalmente, tienen que pensar cómo
invertirlo".
Aunque Weisheng y su equipo quieren darle a los encuentros un aire más neutro
y presentarlos como una oportunidad para aprender, esperan convencer a los
inversores de las ventajas de sus productos.
"No es una clase, es algo más relajado. Se trata de aprender juntos cómo
invertir en oro", le dice a su audiencia mientras se acomoda en el salón.
Weisheng utiliza un juego como método para enseñar, con lingotes de juguete y
dinero falso para plantear situaciones de la vida real.
Cada participante recibe una cantidad determinada de oro y billetes. Después
escuchar la información que podría afectar el precio del metal, cada uno debe
tomar una decisión sobre cómo y cuanto invertir.
La muerte de Osama bin Laden, el bombardeo de la OTAN en Libia y la rebaja en
la calificación crediticia de ciertos países europeos son algunos de los
factores que los participantes deben tomar en cuenta.
Un grupo de atractivos asistentes, vestidos de punta en blanco y con
calculadora en mano, circulan entre los participantes para ayudarlos en sus
cálculos.
La sesión fue un éxito: 20 personas dijeron que comprarían oro.
Claro que el precio del oro, que ha subido drásticamente en la última década,
tiene que haber influido en la decisión.
El arte de vender vestido, y parado
Sin embargo, los seminarios no son la única forma de aprender a ganar dinero.
Existen en la actualidad en China miles de libros que ofrecen ayuda en este
aspecto.
El empresario Luo Peng es uno de los que cree en el valor didáctico de estos
textos.
Peng, un vendedor de servicios de computación de 29 años, leyó decenas de
estos libros cuando estaba aprendiendo el arte de los negocios.
Uno de ellos se titula "La psicología de la venta", de Brian Tracy. El libro
promete a sus lectores enseñarles a vender más, más rápido y más fácilmente.
Peng ahora se mantiene de pie cuando habla con sus clientes por teléfono. Es
un hábito que adquirió después de leer sobre un comerciante japonés muy
exitoso.
"Un día se fue a su casa, se puso su pijama y se acostó en la cama. En ese
momento, recibió el llamado de un cliente", cuenta Peng.
"Antes de atender el teléfono, se vistió de traje y corbata y se puso de pie,
porque sólo así se sentía un verdadero comerciante".
Peng dice que cuando habla por teléfono lo hace de pie porque así se siente
más profesional.
La ficción también ayuda
Muchos recurren a los libros, tanto a los que ofrecen ayuda
como a las novelas que tratan el tema del crecimiento económico.
Las novelas también son una fuente de inspiración para aquellos que sueñan
con dejar la pobreza atrás y encontrar riquezas en la nueva China
capitalista.
Muchas cuentan la historia de campesinos pobres que llegaron a ocupar puestos
jerárquicos en compañías prestigiosas.
Hay quienes leen estos libros no sólo para entretenerse sino también en busca
de la información práctica que puedan contener.
"No existe un legado reciente de leer por el mero placer, o de leer porque te
hace sentir bien", explica Jo Lusby, director de Pengüin Books en China.
En las publicaciones para adultos y adolescentes hay un sentido de qué puedo
aprender al final de este libro que no sabía al principio, e idealmente, cómo
puede ayudarme a conseguir un trabajo mejor.
Conseguir un trabajo mejor, hacer dinero y empezar un negocio son conceptos
relativamente nuevos en China, pero todos ocupan un lugar cada vez más
importante en la mentalidad de la gente que vive aquí.
Fuente: bbc.co.uk
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