El sargento Robert Bales ya había sido detenido por golpear a su novia
«Un buen tipo», «jugaba con sus hijos en el jardín»: así describen sus vecinos a Robert Bales, sargento estadounidense de 38 años y padre de dos hijos de 3 y 4 años que el domingo pasado mató a dieciséis civiles afganos, entre los que había nueve pequeños. Su traslado a la cárcel militar de Fort Leavenworth, en Kansas, causó la ira del mandatario afgano Hamid Karzai y enfrió aún más las ya complejas relaciones diplomáticas entre Washington y Kabul.
Cuando el viernes se conoció la identidad del detenido por la matanza, la calle en la que está su casa en el estado de Washington, cerca del destacamento militar al que pertenece y a 35 kilómetros de Seattle, se llenó de periodistas buscando vecinos que hablaran sobre él. Todos coincidían en lo mismo: «Un buen tipo». Aunque los datos que van apareciendo sobre él no muestran una imagen tan idílica. En el 2002 fue detenido por golpear a su novia aunque solo fue condenado a realizar un curso para controlar su ira. En el 2008 fue nuevamente detenido por huir tras un atropello con su coche.
La versión del Ejército estadounidense sobre lo que ocurrió es que Bales salió de su destacamento en Kandahar a las tres de la madrugada y se dirigió a una aldea cercana. Allí entró en varias viviendas y disparó contra sus habitantes que estaban dormidos. Mató a 16 personas. Después volvió al cuartel y se entregó. Primero fue trasladado a Kuwait, y el viernes por la noche, a Kansas, donde se encuentra encarcelado.
Bales se alistó dos meses después de los atentados del 11 de septiembre. Desde entonces ha participado en tres misiones en Irak, cada una de ellas de más de un año de duración. En diciembre pasado le llegó la orden de partir hacia Afganistán. Su abogado, John Henry Browne, que fue el defensor del asesino en serie Ted Bundy, ha contado que Bales no quería ir.
La matanza de Kandahar ha complicado aún más las ya difíciles relaciones entre Afganistán y Estados Unidos, así como la salida de la guerra. El presidente afgano, Karzai, ha pedido que se juzgue a Bale en aquel país y ha declarado que la retirada de las tropas norteamericanas sería antes de lo acordado. Obama telefoneó a Karzai el viernes y le garantizó que la estrategia de los aliados en Afganistán se revisará en la cumbre de la OTAN en mayo. Aunque un comunicado de la Casa Blanca aseguraba que las fechas para la salida de Afganistán se mantenían como se acordaron.
Una fuente del Ejército americano aseguró ayer que aún no se ha decidido en cuál de los dos países se juzgará a Bales. Si fuera en Estados Unidos y resultara condenado, podría ser sentenciado a la pena de muerte.
Fuente: lavozdegalicia.es
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