Alejandro D. Zajac
Última actualización: Domingo, 20 de noviembre de 2011
El escenario en el que están llamados a votar más de 35 millones de españoles es poco halagador. Durante buena parte del jueves y viernes la prima de riesgo asomó por encima de los 500 puntos, lo que significa que España llegó a pagar un 7% de interés a diez años por colocar su deuda, una tasa que para otros países europeos tuvo un doloroso significado: rescate.
Desde hace tiempo que estos comicios se viven, y se sufren, en clave económica como nunca antes en la historia reciente del país. La cruz más pesada es un 21,52% de desempleo, según datos oficiales. O lo que es lo mismo, 4.978.300 de personas sin trabajo. Un total de 1.425.200 hogares con todos los miembros adultos sin ocupación.
"El desempleo y la crisis son la preocupación número uno de los españoles a la hora de decidir el voto", le explica a BBC Mundo José Miguel de Elías, director de Sigma Dos, la empresa que hace los sondeos para el diario El Mundo.
Con él coincide José Pablo Ferrándiz, director de Metroscopia, que publica sus encuestas en El País. Todos los sondeos dan una clara ventaja al Partido Popular, liderado por Mariano Rajoy frente al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. "La mayoría del electorado lo considera más capacitado para sacar a España de la crisis, para luchar contra los mercados", afirma a BBC Mundo.
Otros problemas
Al drama social del desempleo se agregan los estragos de la burbuja inmobiliaria e hipotecaria, la revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento de la economía y la obligación de ahorrar unos 17.300 millones, por lo menos, para alcanzar la reducción del déficit prometida a Bruselas para 2012 (4,4% del PIB).
Y como si con todo esto no fuese suficiente llegó la prima. La prima de la deuda pública, claro. La diferencia de 500 puntos básicos con respecto al bund alemán llevó el interés a más del 7%, situación en la que Grecia, Irlanda y Portugal debieron ser rescatados.
La providencial intervención del Banco Central Europeo comprando deuda en los mercados secundarios logró que el rojo de los números no fuera tono sangre. Así España salió de zona de rescate y las elecciones pueden desarrollarse con cierta tranquilidad.
"El que gane tiene un problema inmenso, el mayor problema que haya podido tener un presidente de Gobierno en la historia de la democracia española", afirma el analista político Justino Sinova a BBC Mundo.
"Lo que va a tener que hacer es actuar rapidísimamente", asegura. En la misma línea se manifiesta el economista Carlos Rodríguez Braun, quien considera que con los ejemplos de Grecia e Italia quedó demostrado que las promesas de austeridad no alcanzan: "De ahí toda la urgencia de Rajoy por mostrar que el día 1 va a empezar a hacer cosas".
Quien hoy sea elegido presidente del Gobierno deberá tener en cuenta dos aspectos de la deuda, según Rodríguez Braun. Uno es el "perfil de subida muy acusado de los últimos dos años". El otro es "el horizonte de crecimiento económico que en estas últimas semanas o meses se ha puesto en cuestión".
"Cada día la deuda que el estado vende es una deuda más cara lo cual es una hipoteca para el futuro", considera Sinova. "Si pensamos en que le pasaría a una familia en estas circunstancias, la respuesta es la ruina más absoluta, pidiendo créditos cada vez más caros y no teniendo ni para devolverlos", reflexiona.
Las propuestas
¿Qué han prometido para resolver una crisis económica de tantas aristas los dos principales candidatos a la presidencia del Gobierno? Rajoy atacará el déficit metiendo "la tijera a todo salvo a las pensiones públicas, la sanidad y la educación", según anunció durante la campaña. Su clave es no gastar más de lo que se tiene.
Rodríguez Braun considera acertado que "el ajuste lo haga vía gasto y no vía impuestos; eso es bueno para la actividad económica, en principio". "Es muy interesante que Rajoy diga que no quiere subir impuestos; incluso, cuando habla de los emprendedores, dice que se los va abajar", argumenta.
Por su parte el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien carga con el lastre de haber formado parte del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, considera necesario "ir a Bruselas a pelear y a convencer" para que les "den más tiempo". Es decir, que no ve con buenos ojos un ajuste drástico.
"Una cosa es ajustar y otra es sólo ajustar", manifestó el exministro de Interior durante uno de los actos de campaña en los ha estado intentando recortar su propio diferencial con Rajoy. Una tarea difícil, entre otras cosas, debido a su participación en el congelamiento de las pensiones en mayo del año pasado, según explica Marcos Roitman, profesor de Estructura Social de España en la Universidad Complutense de Madrid.
Para los militantes socialistas fue una "traición y eso el PP ha sabido venderlo", afirma el catedrático. "Si bien en los siete años de gobierno del PSOE las pensiones subieron casi un 300% más que en la época del PP, a nivel propagandístico y de publicidad tiene un tirón muy grande".
En estos últimos días previos al 20-N está prohibido difundir sondeos de intención de voto en España. Pero nadie ha dejado de consultar el último, realizado por Sigma Dos y publicado el jueves por The Times, fuera del alcance de la legislación ibérica. Allí Sigma Dos, daba un 48% al PP y un 29% al PSOE, otorgando la mayor diferencia de todas las mediciones hasta el momento.
Se perciben lejanos en el tiempo los debates entre socialistas y populares acerca de temas más que sensibles. La ley de aborto, la asignatura de Educación para la Ciudadanía, la Ley Antitabaco, la violencia de género, el matrimonio homosexual, o la política antiterrorista. La economía se lo ha llevado todo por delante.
Así, en clave económica, España llega al 20-N. Como tantas veces la realidad queda reflejada en el sentido del humor de la calle. Un chiste que se escucha mucho por estos días dice que sólo hay una cosa peor que perder las elecciones: ganarlas.
Fuente: bbc.co.uk
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