Se nos dice que la mejor forma de proteger la piel de los daños
que causa la radiación ultravioleta del sol es el uso de un filtro o protector
solar.
Pero una nueva recomendación de la Administración de Alimentos y Fármacos
(FDA) de Estados Unidos señala que estas cremas no deben ser usadas en niños
menores de seis meses.
Según el organismo, la piel de los bebés es mucho más delgada que la de los
adultos o niños mayores y, por lo tanto, tienen más riesgo de que los compuestos
de los filtros solares causen irritación o inflamación.
Lo mejor, dicen los expertos, es mantenerlos alejados del sol.
"El mejor enfoque es mantener a los infantes menores de seis meses fuera del
sol" dice Hari Cheryl Sachs, pediatra de la FDA.
"Y evitar la exposición al sol entre las 10 de la mañana y las dos de la
tarde, cuando los rayos ultravioleta (UV) del sol son más intensos" agrega.
Alergia e irritación
Se sabe que la radiación UV del sol daña la piel e incrementa el riesgo de
desarrollar cáncer de piel.
La incidencia de la enfermedad, incluida la forma más peligrosa, el melanoma
maligno, se ha triplicado en muchos países en los últimos 30 años.
Por eso las campañas de salud en muchos países han puesto de manifiesto la
importancia de usar cremas o lociones con factores de protección solar o SPF,
los cuales actúan como una capa protectora evitando que la radiación dañe la
piel.
En el mercado hay una variedad de estos productos disponibles, incluidos los
que están dirigidos específicamente a proteger a los niños.
Aunque algunos de estos productos recomiendan no usarlos en menores de seis
meses, también se ha dicho que está bien utilizarlos si no hay otra forma de
evitar la exposición del bebé al sol.
Las nuevas recomendaciones de la FDA intentan aclarar cuál es la mejor forma
de proteger a estos niños.
Piel delgada
Según la doctora Sachs, la delgada piel de los bebés absorbe mucho más rápido
los ingredientes químicos activos de los protectores solares.
Además, agrega, los bebés tienen una mayor proporción de superficie corporal
en relación a su peso y esto significa que su exposición a los compuestos
químicos de los protectores solares es mucho más grande que en niños mayores o
adultos.
Y esto, dice la doctora Sachs, incrementa su riesgo de desarrollar reacciones
alérgicas o inflamación.
"La mejor protección es mantener a su bebé en la sombra, si es posible" dice
la pediatra.
"Si no hay una sombra natural, cree su propia sombra con una sombrilla o con
el toldo del coche del niño".
Y si no hay forma de mantener al niño alejado del sol, la experta recomienda
aplicar una pequeña cantidad de protector solar con un SPF de al menos 15, pero
sólo en pequeñas áreas de la piel como las mejillas.
Desafío del verano
Otros expertos recomiendan vestir a los bebés con ropa ligera de pantalones y
mangas largas que les cubran piernas y brazos y sombreros de ala ancha que les
proteja el cuello.
El cuello y las orejas, afirman los expertos, son zonas muy sensibles en el
bebé.
En general, los padres deben estar conscientes que el sol del verano presenta
un gran desafío para los bebés.
Además de los riesgos de las quemaduras solares, los niños pequeños tienen un
alto riesgo de deshidratación con el calor excesivo.
Tal como señala la FDA "si nota que su bebé sufre una quemadura solar,
aléjelo inmediatamente del sol y aplique compresas frías en las áreas
afectadas".
Los niños mayores sí pueden usar filtros solares.
Se ha demostrado que aplicados adecuadamente estos protectores pueden evitar
las quemaduras de sol, las cuales son un factor de riesgo importante en el
desarrollo de cáncer de piel.
Un estudio publicado en Drug and Therapeutics Bulletin (DTB) del
Reino Unido reveló que una persona que sufre cinco episodios de quemaduras
solares en una década tendrá tres veces más riesgo de desarrollar melanoma
maligno.
Fuente: bbc.co.uk
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