Condenada una clínica por la rotura de unas prótesis
El Juzgado de Primera Instancia número 50 de Madrid ha condenado a una clínica de cirugía estética madrileña a indemnizar a una mujer por la rotura de unas prótesis mamarias Poly Implant Prothèse (PIP). La afectada, de 45 años, tuvo que ser operada en 2008 para reemplazar los implantes que se había colocado siete años antes. La sentencia condena a la clínica donde fue operada y al doctor que la atendió a pagar a la mujer 7.455 euros.
El juez basa su decisión en "la inexistencia de un adecuado y suficiente consentimiento informado", según explica Carmen Flores, presidenta de la Asociación el Defensor del Paciente, que llevó el caso a los tribunales. La indemnización corresponde al precio que tuvo que pagar la mujer por volverse a operar, después de que se le rompieran los implantes PIP.
La decisión judicial ha llegado justo cuando los implantes PIP están bajo el punto de mira de las autoridades sanitarias de Europa. En 2010 ya se retiraron del mercado, tras saberse que estaban hechas con un material de uso industrial y que tenían riesgo de romperse. La avalancha de denuncias llevó hace unos meses a Francia a aconsejar su retirada.
Sin saber los riesgos
Mari Mar, que es como se llama la afectada, mostró este martes su "alegría" por la resolución, ya que ella siempre alegó que decidió operarse sin que los médicos le informaran con detalle de los riesgos.
No obstante, asegura que la indemnización de 7.455 euros es "muy baja para todos los gastos y daños morales". Esta cantidad incluye 500 euros que corresponden a los daños morales, una cantidad que Mari Mar califica de "patética". La mujer describió el periplo desde que decidió aumentar su pecho como un "calvario", informa Efe.
Los problemas empezaron seis meses después de la intervención, en octubre de 2001. Los senos no habían quedado como ella esperaba y volvió a operarse. Otro médico se los retocó y le puso prótesis mayores, también PIP.
Lo peor llegó en marzo de 2008, cuando Mari Mar empezó a sentir molestias. Tras someterse a diferentes revisiones, se determinó que la prótesis derecha se le había roto y el líquido que contenía había entrado en contacto con su mama.
En mayo de ese mismo año, Mari Mar volvió a operarse, por tercera vez. Esta vez buscó a otro cirujano, que tras comprobar que también el implante izquierdo estaba en malas condiciones, le extrajo las dos prótesis PIP y las sustituyó por otras de otro laboratorio.
Unas 15.000 mujeres en España llevan prótesis mamarias de la marca PIP. La recién constituida asociación de afectadas valoró la sentencia. Pero considera insuficiente la indemnización. Su presidenta, Eva Giménez, reclamó que se depuren las responsabilidades. España sólo aconseja retirar las prótesis si se han roto. Y salvo excepciones sólo repondrá las que se pusieron tras una mastectomía.
Fuente: publico.es
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