MÉXICO, D.F.(Agencias)
Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco (UAM-A) abordan estudios sobre la aplicación de nanoestructuras de oro para lograr la descontaminación de las aguas negras y residuales en México.
La razón por la que expertos de esta casa de estudios han decidido emplear oro reside en que las nanopartículas de este metal, en tamaños inferiores a 10 nanómetros (10 millonésimas partes de un metro), presentan una gran actividad química y en especial en las reacciones de oxidación.
Las propiedades de las nanopartículas de oro son altamente funcionales para eliminar contaminantes orgánicos, pues muchos de éstos son difíciles de degradar. Por este motivo la doctora Mirella Gutiérrez Arzaluz y el doctor Miguel Torres, profesores e investigadores de la UAM-A, trabajan en la utilización de catalizadores (substancias o elementos que permiten, aceleran o propician reacciones químicas) que incluyen nanopartículas de oro como agente reactivo contra los contaminantes orgánicos.
Según las normas mexicanas, el formaldehído (un tipo de contaminante orgánico) es el principal causante de contaminación en las aguas del país. Este compuesto químico volátil proviene principalmente de las aguas de desecho que origina la industria farmacéutica, papelera y textil.
Algunos de los efectos negativos del formaldehído (en bajas concentraciones) se manifiestan en irritaciones en diversas partes del cuerpo, pero a concentraciones más altas (arriba de las 800 ppm o partes por millón) son agentes cancerígenos. “En México, un acuerdo de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales elaborado en 2005, establece el umbral de emisiones para este contaminante en 100 kilogramos al año”, añadió la doctora Gutiérrez Arzaluz.
Con el objetivo de contrarrestar estos contaminantes orgánicos, los investigadores de la UAM-A emplearon una tecnología conocida como Reactor de Membrana: un tubo cerámico en el que son dispersadas las nanopartículas de oro o algunos metales nobles como el platino, dentro de una carcasa de acero inoxidable.
“Lo que hacemos es pasar por un lado de la membrana la fase líquida (agua contaminada) y externamente pasamos un agente oxidante (que puede ser oxígeno o aire) el cual hace contacto con la fase líquida donde se encuentra depositada la fase activa de la membrana catalítica (nanopartículas de oro o metal noble)”
Cuando los contaminantes reaccionan con el agente oxidante en la membrana son transformados a dióxido de carbono, este proceso es conocido como mineralización. La doctora Gutiérrez Arzaluz comentó que la descontaminación mediante esta tecnología tiene una efectividad de 70 por ciento, y el proceso de descontaminación puede considerarse como pre-potabilización para aguas residuales.
Fuente: elimparcial.com
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