lunes, 5 de diciembre de 2011

Una espesa nube de contaminación cubre Pekín y obliga a suspender 600 vuelos


Los índices de polución alcanzan niveles dañinos para la salud y evidencian el coste medioambiental del milagro económico chino

Una espesa nube gris cubre Pekín desde el domingo. Pero no es niebla. Como suele ocurrir cada otoño e invierno, cuando se nubla el cielo y bajan las temperaturas hasta varios grados bajo cero, se trata de la capa de contaminación provocada por el humo de las calderas de carbón y eldióxido de carbono de los cinco millones de coches que circulan por la capital china.
Como la neblina es tan densa que impide ver más allá de unos pocos metros, el aeropuerto de Pekín –el segundo con más tránsito del mundo– canceló 400 vuelos el domingo y más de 200 este lunes. Miles de pasajeros se han quedado atrapados en tierra y otros tantos han debido volver en sus aviones a sus lugares de origen al no poder aterrizar en la capital china. Además, decenas de autopistas de acceso a Pekín han tenido que ser cerradas por falta de visibilidad debido a la contaminación, uno de los principales problemas que sufre esta megalópolis de 20 millones de habitantes.
Aunque las autoridades hicieron un gran esfuerzo y cerraron numerosas viejas factorías para limpiar la ciudad antes de los Juegos Olímpicos de 2008, su frenética industrialización y las imparables obras que ha traído el boyante sector de la construcción han vuelto a generar espesas nubes grises que tapan los cielos azules y eclipsan el sol. Como consecuencia,han aumentado las enfermedades respiratorias y se han doblado las consultas en los hospitales por problemas de asma. En los últimos diez años, han aumentado un 60% los casos de cáncer de pulmón, que es ya la primera causa de muerte en la capital china.

Niveles «peligrosos»

La preocupación ha cundido entre los numerosos ciudadanos chinos y extranjeros que consultan los índices de contaminación que ofrece cada día la Embajada americana, a la que dan más crédito que a las autoridades oficiales. Ayer, los niveles eran «dañinos» para la salud y este lunes son «peligrosos».
Sin ocultar su malestar, el régimen chino ha vuelto a tirar de la propaganda en los medios estatales para acusar a la legación estadounidense de buscar crear «promoción a bombo y platillo». Según los expertos, las discrepancias se deben a que los medidores chinos sólo recogen las partículas contaminante de gran tamaño (10 micrometros de diámetro) y no, como hace la Embajada, las pequeñas (2,5 micrometros), que pueden ser resultar más perjudiciales para la salud.
Como consecuencia del frenético desarrollismo chino, que ha poblado el país de fábricas y obras, por la industrializada costa se ha extendido una apocalíptica capa de contaminaciónque ha hecho olvidar aquellos lejanos días del pasado en que los cielos eran azules y estaban trufados de nubes blancas. El grave deterioro medioambiental es el alto precio que el gigante asiático está pagando por su progreso y que hipotecará la salud de sus ciudadanos, cada día más ricos, pero también más contaminados.
Fuente: abc.es

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