sábado, 12 de noviembre de 2011

De cómo un calamar y un pulpo transparentes se hacen de color

Científicos descubrieron cómo un calamar y un pulpo son capaces de "cambiar" rápidamente sus colores, del transparente al marrón rojizo.
Ambos usan su capacidad de camuflarse para enfrentarse a los cambios de las condiciones de luz en las profundidades del océano.
La piel de ambas criaturas responde a la luz de los depredadores de las profundidades que tratan de iluminar a sus potenciales presas.
El hallazgo fue publicado en la revista especializada Current Biology.
Sarah Zylinski y Sonke Johnsen, de la Universidad Duke de Carolina del Norte (EE.UU.) fueron las responsables de la investigación.
Zylinski y Johnsen afirman que tener un camuflaje intercambiable les permite ocultarse de una forma más efectiva en un entorno marino único y sombrío.
Cuando la luz del sol de difumina en el agua, pasa también a través de animales transparentes, lo que los hace casi invisibles. Pero como explica Zylinski, "los tejidos transparentes son en realidad bastante visibles cuando le aplicas una luz directamente sobre ellos".
Y eso es lo que hacen muchos depredadores.

¿Cómo se vuelven de color?

El profesor Michael Land, biólogo de la Universidad de Sussex (Reino Unido), explica que a una profundidad de 600 metros, la luz se esfuma, lo que dificulta la tarea de los depredadores de encontrar una presa.
A esa profundidad es a la que vive el pulpo Japetella heathi y el calamar Onychoteuthis banksii.
"Ahí aparecen esos desagradables peces que tratan de iluminarte, así que lo mejor es adaptar un color oscuro", le dijo Land a la BBC.
Esos "desagradables" cazadores cuentan con órganos capaces de producir luz, lámparas biológicas.
Para defenderse de ellos, el Japetella heathi y Onychoteuthis banksii han desarrollado un inteligente sistema para ocultarse. El reto de Zylinski y Johnsen era descubrir cómo lo hacían.
Para ello, examinaron a los animales más de cerca, así que partieron hacia el océano Pacífico para capturarlos.
Usaron redes especiales que permitían que los animales se mantuvieran en las aguas frías del fondo.
Para poner a prueba el camuflaje de los animales, simplemente les encendieron una luz azul y observaron cómo reaccionaban.
"La verdad es que lo chocante fue la velocidad de la reacción", dijo Zylinski. "Les pusimos la luz e inmediatamente pasaron de transparente a pigmentados".

La clave: los cromatóforos

La piel de los animales contiene células sensibles a la luz, los cromatoforos, que son las que contienen los pigmentos.
Cuando estas células detectan la luz azul del depredador, se expanden, dando la sensación de que tiñen al animal.
Zylinski dijo que el dramático cambio de color mostró lo importante que es el camuflaje "en un hábitat en el que no hay dónde esconderse".
Ni la transparencia ni la pigmentación es una solución completa ante las estrategias de caza de los que están por encima en la cadena alimenticia.

Fuente: bbc.co.uk

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